EL MUNDO ENTRE COMILLAS
Tras visitar Argentina en 1980, el novelista V. S. Naipaul escribió: “En Argentina muchas palabras han disminuido su significado: general, artista, periodista, historiador, profesor, universidad, director, ejecutivo, industrial, aristócrata, biblioteca, museo, zoológico; tantas palabras necesitan estar entre comillas”
Esta es una brillante metáfora que transmite muy bien una compleja realidad en la cual lo que parece, con frecuencia, no es. Pero las comillas a las que se refiere este premio Nobel de literatura no son solo un fenómeno argentino del siglo pasado. También captan perfectamente bien el mundo del siglo XXI. Es un mundo lleno de “escuelas” que no educan, “hospitales” que no curan, “policías” que con frecuencia son criminales, “empresas privadas” que solo existen gracias al Estado o “ministerios de Defensa” que atacan a sus ciudadanos. Vivimos en un universo plagado de instituciones que cumplen solo muy parcialmente con los objetivos que justifican su existencia. Y de situaciones deliberadamente diseñadas para engañar a los incautos.
Hace unos días, por ejemplo, el Gobierno de Rusia anunció que mandaría “voluntarios” a pelear en Siria (las comillas no son mías; así lo tituló The New York Times). Estos “voluntarios” rusos en Siria son sospechosamente parecidos a los “militantes nacionalistas prorrusos” que invadieron Crimea y que siguen en guerra contra Ucrania. Y es que tanto los “voluntarios” rusos en Siria como los “militantes” que atacan a Ucrania son, en realidad, militares rusos o mercenarios en la nómina de Moscú.
Moisés Naím, 10/10/2015 http://elpais.com/m/internacional/2015/10/10/actualidad/1444491899_543067.html